Enamórate en Michoacán

Región Morelia.- En la capital de Michoacán podrán llevar a cabo innumerables actividades como recorrer el centro de Morelia para vivir y observar todo lo que ofrece sus cinco siglos de historia, disfrutar de su arquitectura (acueducto, catedral), hospedarse en sus maravillosos hoteles, comprarse un gazpacho y caminar por sus plazas, visitar sus mercados, el zoológico, sus museos, apreciar las artesanías típicas (alfarería, cestería, vasijas, loza), regocijarse con su gastronomía en alguno de sus restaurantes (sopa tarasca, mezcal, corundas, enchiladas placeras, ates), o bien, conocer su vida nocturna (iluminación de catedral, bares, antros).
Región Pátzcuaro.- Centro místico por excelencia, al ser un importante centro ceremonial Purépecha en la época prehispánica, su ciudad y alrededores son sitios apacibles y hermosos. Sus magníficas construcciones de adobe y teja, monumentales templos y su espectacular Plaza Vasco de Quiroga, así como su gastronomía (pescado blanco, charales, nieve de pasta, tamales tarascos o de ceniza, uchepos) la convierten en uno de los principales centros turísticos de la República Mexicana.
En Pátzcuaro los enamorados podrán recorrer la Basílica de Nuestra Señora de La Salud, la Casa de los Once Patios, la Iglesia El Sagrario y el hospital de Santa María, entre muchos otros lugares que los harán regresar. También resulta gratificante visitar Janitzio la isla más famosa del Lago de Pátzcuaro, así como sus sitios arqueológicos.

Para quienes les apasiona el riesgo y la adrenalina, se recomienda acudir al Cerro del Estribo, desde ahí se pueden emprender vuelos en ala delta y parapente para gozar de una irrepetible experiencia sobre el Lago de Pátzcuaro. Otros lugares que esperan complacer a los visitantes son las cascadas de La Raíz (Santa Clara del Cobre), el volcán Zirate (Santa Fe de la Laguna) y la alberca natural Los Espinos (Zacapu).
Región de Uruapan.- La región de Uruapan tiene una gran diversidad artesanal, cultural, arquitectónica y natural. Por ejemplo, pueden caminar o ir a caballo al Centro Ecoturístico la Tzararacua, para admirar la flora y la fauna del lugar, cuenta con una impresionante cascada el cual puede dar pie a un momento romántico y tranquilo; o a la Presa de Santa Bárbara rodeada de frondosos árboles permitiendo a los enamorados realizar un día de campo, remar o caminar por la orilla de esta presa. De igual forma el Volcán Paricutín ofrece atractivos ideales para aquellas parejas exploradoras.
Esta región es ideal para las excursiones, el campismo, senderismo, ciclismo de montaña, paseos a caballo y natación, particularmente en La Tzararacua, Barranca de Cupatitzio, La Alberca y Chorros del Varal. Los dos últimos sitios son preferidos cuando se buscan deportes de aventura como el rappel, pero tratándose de escalar montaña la mejor opción es el Pico de Tancítaro.
Región de Apatzingán.- El centro de la ciudad conserva, en buena medida, la apariencia de las viejas poblaciones tierracalentanas de Michoacán: una plaza al centro con abundante vegetación, a la cual desembocan calles rectas, portales comerciales y edificios del gobierno local en su entorno; en color blanco, tejados de barro a cuatro aguas y, aunque moderna, la Catedral de la Diócesis de Apatzingán por lo cual es el lugar perfecto para aquellas parejas que requieren tranquilidad en su viaje. En esta región podrán disfrutar del aporreadillo (carne seca con chile) así como los uchepos o morrisqueta (platillo a base de arroz).

Región La Costa.- Para un viaje romántico pueden disfrutar de las playas existentes en los 213 kilómetros de litoral michoacano, que brindan amplias posibilidades de esparcimiento y sana diversión. Los enamorados podrán vislumbrar hermosos paisajes, además de la flora y fauna que se puede contemplar tranquilamente sentado o caminando sobre fina arena, donde tendrán la opción de acampar, nadar en el mar, pasear en lancha, moto acuática, kayak o practicar la pesca deportiva.
Maruata, junto con Faro de Buserías, Pichilinguillo, La Manzanillera y Palma Sola son propicias para admirar el mundo subacuático con snorquel o sumergido en él con equipo de buceo. Pero si aventura extrema es la que buscan podrán surfear sobre las olas de Playa Azul, La Ticla y Barra de Nexpa.
Región Monarca.- Esta región se distingue por ser la conjugación perfecta de salud, reposo, diversión y cultura. Destaca por su riqueza en bellezas naturales compuestas de bosques de pino, encino y oyamel, lagunas y manantiales de aguas termales, aptos para la práctica del turismo de aventura.
Por señalar algunos lugares importantes están: los Azufres, Laguna larga, Pucuato, Sabaneta, Mata de pinos, y las Grutas de Tziranda, entre otros. Además cuenta con uno de los atractivos naturales más preciados de Michoacán, los Santuarios de la Mariposa Monarca, “símbolo y orgullo de Michoacanos” los cuales se pueden visitar cada año de noviembre a marzo.
Esta región también cuenta con 2 hermosos Pueblos Mágicos: Angangueo, un poblado minero de traza colonial y gran colorido, y Tlalpujahua,famoso por sus artesanías en vidrio soplado, farolería artística y trabajos en popote, además de sus esferas navideñas de fama internacional.

Y para deleite de quien gusta de la historia, la arquitectura y la tradición es obligado el recorrido por el circuito de ex conventos de fundación franciscana. Así como visitar el Centro Recreativo Geiser de Ixtlán que está conformado por 26 hectáreas, el cual se le considera un sitio de intensa actividad geotérmica, por lo cual se le conoce como uno de los geiseres más altos del continente alcanzando más de 30 metros de altura, éste contiene aguas termales muy conocidas por sus propiedades curativas y su gran contenido de minerales, el lugar ideal para que las parejas disfruten al mismo tiempo que se relajan.
Otra gran alternativa es visitar el Lago de Camécuaro en el municipio de Tangancicuaro pues además las anteriores actividades mencionadas, sus aguas cristalinas hacen que el snorkel, natación, buceo, kayak y los paseos en lancha sean toda una aventura para los enamorados. Por otra parte, se puede acampar en los alrededores, lo que da el toque romántico a la estancia de las parejas.
