CAMPOS DE LAVANDA EN MINERAL DE POZOS
Casonas de ensueño, calles empedradas, cielos despejados, silencio abrazador, caballerizas tradicionales, y unos anfitriones más que amables, son las características que hacen de los Campos de Lavanda en Mineral de Pozos una maravillosa experiencia con aroma y tintes terapéuticos de relajación. El lugar está ubicado en el Rancho las Barrancas de Mineral de Pozos, en el municipio de San Luis de la Paz, km 1.5, en el estado de Guanajuato.
Agrupada en espigas de color azul-violeta y conocida principalmente por la peculiar aroma que desprende, la Flor de Lavanda fue conocida por muchos años como “El agua de Hungría” por la fascinación de la reina Isabel en el Siglo XII ante sus propiedades de rejuvenecimiento. Actualmente es utilizada para la elaboración de perfumes y aguas de colonia en Europa, así como para fines medicinales y gastronómicos.
En estos campos es común ver en las primeras horas del día la densa neblina que baja de los montes, dando como resultado un espectáculo visual que se va transformando lentamente conforme avanza el sol; por la tarde nace el esplendor de los campos en su máxima expresión, matices intensos que colorean el entorno en una especie de óleo viviente proveniente de los montículos de la cosecha; finalmente al inicio del ocaso es cuando la magia visual cobra un intenso misticismo a partir de los perfectos contrastes entre las casonas, los montes y el aroma. Durante este breve proceso del ocultamiento del sol lo único que debe hacer el visitante es estar ahí, y presenciar uno de los regalos más puros de la naturaleza que solamente se da en Mineral de Pozos.
En este mágico lugar es común ver entre los interminables surcos morados de lavanda a Don Antonio, singular personaje conocido en el rumbo como el “Jefe de jefes”, que a caballo, bota y sombrero recibe a los visitantes con una contagiosa sonrisa y más de una docena de anécdotas sobre este tesoro guanajuatense que simula los espectaculares campos de lavanda en Provenza, y Costa Azul en Francia. Justo en el dintel de la Hacienda propiedad de Don Antonio se encuentra un peculiar cráneo de becerro que pareciera dar la bienvenida a todos sus habitantes con una sonrisa, dentro la variedad de artículos elaborados con la flor morada son inimaginables, van desde jabones, inciensos, condimentos, aceites, shampoo, infusiones e incluso osos de peluche con aroma a lavanda para muchos años.
La estancia en el Rancho la Lavanda no será ningún problema si lo que buscas es alejarte del ajetreo citadino y pasar unos días en absoluto reposo. Rústico, elegante y espacioso es como se podría definir el alojamiento en este lugar que más que un simple hospedaje es una oportunidad para reinventarse. El porche exterior con vista al Cerro del Águila, es la oportunidad perfecta para sentarse a observar las estrellas.
Por si no fuera poco el Rancho cuenta con caballos cuarto de milla para las cabalgatas que se realizan hacia las antiguas minas cristeras, sitios históricos donde se puede palpar la magia de Pozos a través de los antiguos muros carcomidos por los siglos y uno que otro cuento de fantasmas. Durante el recorrido se encuentran sembradíos de aguacate, pirul, durazno, romero y aceitunas, entre otros, una oportunidad vivencial que solo se da en este tipo de lugares en aparente mitad de la nada.
Mineral de Pozos se caracteriza principalmente por ser un lugar donde se siembran sueños y se brindan experiencias, y los Campos de Lavanda están ahí para todos aquellos visitantes que más que vacaciones buscan generar memorias que prevalezcan hacia la eternidad.